Vamos a seguir aportando luz a esta cuestión. Y para eso, vamos a utilizar una vez más la luz que nos aporta la ciencia. Recordemos que no es un uso de la ciencia para dar por definitivo nada, pero si para acompañar aquello que estudiamos y como podemos descubrir hasta ahora.
Así que este entrada del blog, estará basado en un post en instagram de la investigadora y doctora Nazareth Castellanos. Os dejo a continuación la fotografía del post, y el link. Igualmente os copiaré la publicación entera a continuación.
https://www.instagram.com/p/CVPjxV0jdL2/
Los actores deben fingir personalidades ajenas a ellos. Viven lo que se conoce como “experiencia en primera persona ficticia”: Represento este papel.
¿Cómo distingue el cerebro una personalidad fingida de una cierta? ¿Qué pasa en el cerebro de los actores cuando están actuando?
Un estudio realizado en el año 2019 midió la actividad hemodinámica de los actores mientras representaban un papel. Los resultados mostraron una reducción global de la actividad cerebral, especialmente pronunciada en las cortezas frontales dorsomedial y ventromedial y una activación del precuneus, implicado en la memoria de experiencias y procesamiento del espacio, y en la percepción de su propio cuerpo.
Estas observaciones sugieren que la actuación requiere de un mecanismo neuronal de desactivación de la propia personalidad o identidad, un ejercicio de gran complejidad para el cerebro.
Pero estos resultados concluyen también que la actuación implica cambios en las redes cerebrales de los actores, no sólo cuando actúan. Se produce una reorganización de las redes neuronales de toma de perspectiva y cambio psicológico, lo que según los investigadores dotaría de flexibilidad al cerebro de los actores.
Curioso que el cerebro permita la anulación de la propia personalidad y que tengamos la capacidad de vivir una ilusión… ¿no será que es permanente?
Referencia científica: http://dx.doi.org/10.1098/rsos.181908
Traducido: ¿os suena la frase de “se transforma delante de las cámaras”? Pues eso.
Cuando emerge el talento, transciende la personalidad. Lo natural deja paso a lo superficial. Ya no es solo una cuestión que se observa de forma evidente en muchos seres humanos cuando están en la pasión de su “Elemento”, sino que es algo que la ciencia ya describe.
Por eso el talento debe convertirse en el epicentro de nuestra vida. Porque es el don, el regalo divino, el motor y la forma de volver a enamorarse de la vida misma. Sigamos nuestra intuición y aquello que nos apasiona, y como vemos en este post, la ciencia corrobora que es una forma de acallar la personalidad o el ego de algún modo. ¿Y no es esa nuestra batalla? Pues lo tenemos a tocar de las manos. Ser nosotros mismos pasa por poner en juego nuestro valor existencial.
Todo este artículo, enlaza con el primer artículo de la relación personalidad-talento, donde explico toda la evolución teórica sobre la no aportación de la personalidad al talento. Puedes leerlo aquí.
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